miércoles, 19 de septiembre de 2012

El lápiz que quería aparentemente dibujar un círculo



YO, en realidad, quiero dibujar un cuadrado pero mi lápiz porfía. Tal vez los círculos sean más agradables, o tal vez no hagan más que bienvivir de la fama de perfección que les otorgaron  los griegos. De lo que estoy segura es de que no me apetece trazar uno. Así que mi lápiz y yo nos frustramos mutuamente hasta que la mesa, el cesto y el piso terminan rebosantes de hojas. Reprimo a duras penas el deseo de hacerlo astillas o, al menos, de quebrarle la punta y castigarlo al fondo de la cartuchera. Lo cierto es que, dado que con él he producido mis dibujos más artísticos, finalmente le permito que guíe mi mano. Tras ponderar el círculo fraguado como bastante defectuoso, me levanto para desentumecer las piernas. Entonces el lápiz hace lo propio y baila sobre el papel para agregarle al dibujo una línea ondulante a cuyo extremo se ata con serena resolución.
Podría haberle cerrado la ventana en las narices o pinchado el globo. En lugar de eso, me reclino sobre el marco y contemplo —no sin envidia— su huida, el balanceo pendular de quien acaba de aprender a dibujar sonrisas en el aire.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Oh... no te quedes mirando o dibujará una lengua burlona. Son terribles ;)

Delicioso

Besos

Cortacuentos dijo...

Por eso yo escribo con word, aunque en ocasiones aparezcan insultos (desconozco el destinatario), nunca me ha respondido con una sonrisa burlona.

Una perta.

puri.menaya dijo...

Hiciste bien en dejar expresarse a tu lápiz: su imaginación es poderosa y sus ansias de libertad inmensas. Deberíamos aprender de él y dejarnos de mentes lógicas y cuadriculadas. Un abrazo

Xibe dijo...

Una delicada metáfora de la supremacía de la obra sobre su creador.
Saludos

María Gladys Estévez dijo...

Me encanta!
Un abrazo

Francisco Espada dijo...

¡Qué bueno! No sé cómo se te da el dibujo, pero las letras las bordas. ¡Felicidades!

Abela dijo...

Estos lápices...¡tan rebeldes!...
Me encantó el relato.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Jaja, no creo, no creo… A ver :-P ¡oh! Besos, Alma.

Gracias, Puri. ¡Bienvenida! Un gusto tenerte por aquí :)

Gracias, Aniagua. Y bienvenida al Elefante.

Cortacuentos, Xibelius, Francisco y La Abela, gracias.


Saludos desde el aire ;)

Anónimo dijo...

Presentí que se marchaba desde que empezó a dibujar por sí mismo. Hay almas nómadas.

Susana Camps dijo...

Un texto surrealista, que baila en los límites de lo poético sin caer en lo dulzón. Me parece, sobre todo, valiente. Y por eso me gusta mucho. ¿Habrá más?
Abrazos

Gabriel Bevilaqua dijo...

Yunuén y Susana, gracias por sus lecturas :)

Susana, este autor no sabe lo que hará el lápiz, de lo único que puede dar fe es de que ya hay tras bambalinas unos cuantos textos fantásticos y surrealistas esperando su momento para salir al escenario del Elefante ;)


Saludos cordiales

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