lunes, 8 de diciembre de 2008

De venganzas e inversiones



El joven apoyó el cañón del revólver sobre la nuca de su madre y, antes de que apretara el gatillo, ésta le ordenó: «¡No tiembles!, no invertí tantos años de mi vida para criar una mariquita.»


2 comentarios:

Delfín Beccar Varela dijo...

Gabriel, te felicito por esta nueva iniciativa. Andaré por aquí.

Muy buena esta mini.

Saludos.

Delfín

Gabriel Bevilaqua dijo...

Gracias Delfín, y bienvenido a mi sitio; pasa cuando quieras.

Saludos.

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